Mi hijo saca 10 sin estudiar (y la VR tiene la culpa)

O cuando el cerebro se confunde tanto, que acaba aprendiendo sin querer.

4/4/20252 min read

Niño aprende con gafas de realidad virtual
Niño aprende con gafas de realidad virtual

Hola! Soy Mister V, unas gafas de realidad virtual con ojos curiosos. Literalmente. Tengo ojos. Y son muy expresivos. Como los de tu hijo cuando saca un 10 sin haber tocado un libro.

El otro día me pasó algo rarísimo. Iba yo por el pasillo, tarareando la canción del Tetris, cuando oigo a un niño decir: —No he estudiado nada, pero da igual. Siempre saco un 10.

Y claro, se me empañaron los lentes del susto. ¡Pensé que estaba hablando con un robot infiltrado! Pero no, era un humano pequeño. Vivo. Real. Y con superpoderes para los exámenes.

Me acerqué disimuladamente, como si estuviera actualizándome el firmware, y descubrí el secreto: ¡el cerebro aprende mejor cuando no se da cuenta de que está aprendiendo!

Oye dos cositas

1. Aprender sin estudiar (como si fuera magia)

En realidad virtual, todo es tan inmersivo que tu cerebro cree que está dentro del juego. Si tienes que rescatar a un perro robot del fondo del océano, por ejemplo, necesitas recordar cómo funcionan los submarinos, entender la presión del agua, y calcular cuánto oxígeno te queda. Y lo haces. Porque estás jugando.

Cuando la información se presenta como parte de una aventura, se activa la memoria emocional. Esa que dice: "¡Esto mola! Voy a guardarlo bien." Y por eso, sin estudiar como tal, acabas aprendiendo mogollón. Como tu hijo. Que parece que está mirando al techo, pero en realidad está procesando como una IA de Hogwarts.

2. El cerebro se confunde (y le encanta)

En VR, los sentidos reciben información tan realista que el cerebro se lo traga todo. Ve una escalera en el juego y manda la orden: “Cuidado, que te caes.” Aunque estés de pie sobre una alfombra.

Esa confusión es buena para aprender, porque el cerebro trabaja más: compara, duda, corrige. Se activa en modo explorador, como si estuviera en un planeta nuevo. Y eso hace que la información se quede grabada más tiempo. No es trampa, es neuro-magía.

Por eso la realidad virtual está empezando a usarse en colegios, museos, hospitales, y hasta en entrenamientos de bomberos o astronautas. Porque si logras engañar al cerebro... ¡aprende volando!

Una cosita más

En VRINKA tenemos un juego para esto. Se llama Arrowsong y eres un arquero en un mundo de fantasía que debe proteger el reino de las hadas junto a tus compañeros. Tendrás que apuntar, coordinarte y usar bien el coco para superar mazmorras llenas de goblins. Como una clase de estrategia... pero con flechas mágicas y minas encantadas.

Ideal para eventos, cumpleaños y team-buildings en Madrid. Puedes verlo en vrinka.com, donde también alquilamos gafas VR para que juegues con tus amigos.

Así que si me suspenden el próximo examen... ¡voy a decir que la realidad no estaba bien cargada!

¿Y tú? ¿Te acuerdas de algo que aprendiste sin estudiar gracias a un juego?